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Hernia discal y sus verdaderas causas: más allá de la compresión nerviosa

Cuando alguien sufre una hernia discal, especialmente en la región lumbar o cervical, lo primero que se suele pensar es en una compresión mecánica del nervio, una imagen clásica que relaciona el dolor con la presión física que ejerce el disco herniado sobre la raíz nerviosa. Sin embargo, ¿es esta la única causa del dolor? ¿Y si te dijéramos que hay muchas más razones detrás de una hernia discal de lo que tradicionalmente se piensa?

 

En este artículo, vamos a desmontar mitos, ampliar la mirada y ofrecerte una comprensión más profunda desde el enfoque de la fisioterapia integrativa Fiit Concept, que puedes conocer mejor a través de nuestro programa completo para el tratamiento de la hernia discal.

¿Qué es una hernia discal?

Una hernia discal es la salida del núcleo pulposo —una sustancia gelatinosa ubicada en el centro del disco intervertebral— a través del anillo fibroso que lo contiene. Este desplazamiento puede generar una presión sobre las estructuras nerviosas próximas, especialmente las raíces nerviosas, y provocar dolor, debilidad o alteraciones sensitivas en las zonas inervadas por ese nervio.

 

Las hernias más comunes se localizan en la columna lumbar (L4-L5 y L5-S1) y cervical (C5-C6 y C6-C7), aunque pueden presentarse en cualquier punto de la columna.

Causas y síntomas: ¿por qué sucede realmente?

Tradicionalmente, se ha entendido la hernia discal como una consecuencia directa de factores mecánicos:

  • Cargas repetitivas.
  • Malas posturas.
  • Traumatismos.
  • Envejecimiento discal.

Y si bien estos factores son reales, no son suficientes para explicar por qué muchas personas con hábitos similares no desarrollan nunca una hernia o, si la tienen, no sufren dolor. Aquí es donde el enfoque de Fiit Concept amplía el marco causal, integrando factores viscerales, emocionales y del estilo de vida que pueden contribuir a la degeneración discal y al dolor vertebral.

Síntomas más comunes

  • Dolor irradiado (ciática o cervicobraquialgia).
  • Hormigueos o pérdida de sensibilidad.
  • Debilidad muscular.
  • Limitación de movilidad.
  • Dolor de espalda persistente, especialmente al estar de pie, toser o realizar esfuerzos.

¿Qué tipos de hernias existen?

Existen distintos grados de protrusión discal:

  1. Protrusión: el núcleo comienza a deformar el disco pero sin romper el anillo fibroso.
  2. Hernia contenida: el núcleo sale parcialmente pero está contenido por la última capa del anillo.
  3. Hernia extruida: el núcleo atraviesa por completo el anillo y puede desplazarse.
  4. Hernia migrada o secuestrada: fragmentos del núcleo se separan y migran por el canal raquídeo.

No todos los tipos generan síntomas, y muchas veces el hallazgo de una hernia en una resonancia no se corresponde con la intensidad del dolor que refiere el paciente.

El diagnóstico: mucho más que una imagen

En la medicina convencional, el diagnóstico de la hernia discal se basa en:

  • Examen físico y neurológico.
  • Resonancia magnética.
  • Electromiografía.

No obstante, en Fiit Concept vamos más allá. Consideramos esencial una valoración funcional del paciente, analizando:

  • El estado emocional y los niveles de estrés.
  • La salud visceral (hígado, intestinos, riñón…).
  • La alimentación y los hábitos de vida.
  • La calidad del sueño y la actividad física.

El tratamiento convencional: ¿por qué a veces no funciona?

En la práctica médica habitual, las opciones de tratamiento incluyen:

  • Analgésicos y antiinflamatorios.
  • Reposo relativo.
  • Fisioterapia convencional.
  • Infiltraciones de corticoides.
  • Cirugía en casos extremos.

Aunque en algunos casos estas estrategias pueden ser útiles para controlar el dolor agudo, a menudo no abordan las causas profundas de la hernia discal. El resultado es que muchas personas recaen o desarrollan hernias en otros niveles.

¿Cuándo se opera una hernia discal?

La cirugía se reserva para casos donde hay:

  • Pérdida de fuerza muscular significativa.
  • Incontinencia urinaria o fecal (síndrome de cola de caballo).
  • Dolor incapacitante que no mejora tras 6-8 semanas de tratamiento conservador.

Sin embargo, la cirugía no garantiza la desaparición del dolor, especialmente si las causas viscerales y emocionales no se abordan.

La mirada de Fiit Concept: las verdaderas causas de la hernia discal

Disfunción visceral

Según Fiit Concept, muchos dolores vertebrales y hernias discales tienen una relación directa con alteraciones viscerales crónicas.

Por ejemplo:

  • Colon irritable o estreñimiento crónico pueden generar tensiones reflejas sobre la región lumbar.
  • Problemas hepáticos se asocian con contracturas dorsales y rigidez.
  • Riñón tiene reflejo directo sobre la región lumbar baja, sobrecargando la musculatura paravertebral.

Estas disfunciones viscerales provocan una tensión mantenida sobre las cadenas miofasciales, desequilibrando la postura y favoreciendo el desgaste discal.

Estrés emocional

Las emociones reprimidas, especialmente la ira, la frustración o el miedo, se somatizan a nivel vertebral. La medicina oriental ya describe estas relaciones desde hace siglos:

  • El miedo crónico se refleja en la zona lumbar y afecta al riñón.
  • La frustración retenida se proyecta en la región dorsal y cervical.

Esto genera contracturas persistentes, bloqueo articular y una disminución del riego sanguíneo a los discos, lo que favorece su degeneración.

Alimentación y hábitos tóxicos

Una dieta inflamatoria, rica en ultraprocesados, azúcares y grasas trans, crea un medio interno ácido e inflamado, que acelera el desgaste de los tejidos, incluidos los discos intervertebrales.

Además, el tabaquismo, el alcohol y el sedentarismo alteran el metabolismo de los discos, reduciendo su hidratación y elasticidad.

Tratamiento integrativo: la propuesta Fiit Concept

El abordaje de la hernia discal en Fiit Concept se basa en un enfoque integral y personalizado que incluye:

1. Terapia manual específica

  • Liberación de tensiones musculares reflejas.
  • Movilización articular suave.
  • Técnicas viscerales para desbloquear zonas de tensión profunda.
  • Normalización del diafragma y del suelo pélvico.

2. Fitoterapia (plantas medicinales)

  • Harpagofito: antiinflamatorio natural con acción sobre el dolor articular.
  • Cardo mariano: favorece el metabolismo hepático y reduce la tensión refleja en la zona dorsal.
  • Diente de león y ortiga verde: depurativos y antiinflamatorios que favorecen el terreno interno.

3. Reeducación postural

  • Identificación de patrones disfuncionales de movimiento.
  • Ejercicios de corrección postural y reequilibrio muscular.
  • Técnicas de respiración y control del core.

4. Nutrición terapéutica

  • Dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, pescado azul y grasas saludables.
  • Eliminación de tóxicos (azúcar, alcohol, ultraprocesados).
  • Hidratación adecuada.
  • Introducción de alimentos con efecto probiótico y prebiótico.

5. Regulación emocional

  • Técnicas de conciencia corporal como el mindfulness o la respiración diafragmática.
  • Acompañamiento para identificar y liberar conflictos emocionales.
  • Ejercicios de escritura emocional o visualización.

Consejos prácticos para prevenir y tratar una hernia discal

  1. Evita los esfuerzos intensos en flexión o torsión lumbar.
  2. Fortalece tu core (transverso, oblicuos y suelo pélvico).
  3. Muévete cada hora si trabajas sentado.
  4. Practica estiramientos diarios, especialmente de psoas, isquiotibiales y cadena posterior.
  5. Aprende a gestionar el estrés diario con rutinas simples de relajación.
  6. Escucha tu cuerpo y no fuerces en momentos de fatiga.

Conclusión: una nueva forma de comprender tu hernia discal

La hernia discal no es únicamente un problema mecánico ni una sentencia de por vida. Su aparición es muchas veces la consecuencia de un desequilibrio global que involucra tu alimentación, tu postura, tus emociones y tus órganos internos. En Fiit Concept, tratamos el cuerpo como una unidad, y por eso obtenemos resultados donde otros enfoques fracasan.

 

Si tu dolor lumbar o cervical no desaparece, si ya has probado de todo y no mejoras, te invitamos a descubrir nuestro programa integrativo para el tratamiento de hernia discal. Es hora de mirar más allá y darle a tu cuerpo lo que realmente necesita: una solución de raíz.