La fisioterapia integrativa implica una visión global de la salud y la interconexión de las diferentes partes del cuerpo y este mismo análisis es compartido por la osteopatía.
La osteopatía viene entendida no es una técnica, sino todo un método de trabajo integral, una forma holística de abordar las dolencias músculo-esqueléticas.
Nuestra experiencia nos deja clara la repercusión del estrés, de las alteraciones emocionales, de la incorrecta alimentación, sobre las diferentes partes del sistema músculo-esquelético. Esta conexión se realiza a través de nuestros órganos y vísceras que al alterarse su sistema nervioso (como hemos dicho antes debido al estrés a alteraciones emocionales…) repercuten de forma refleja sobre el correcto “encaje” entre las vértebras y provocando desequilibrio musculares y aumento de la presión sobre el disco intervertebral. De ahí que tanto la manipulación osteopática vertebral como la osteopatía visceral son herramientas importantes en nuestro trabajo diario. Pero que demos importancia al estrés, a la dieta, a la disfunción visceral, no quiere decir que no consideremos importante el trabajo sobre la propia alteración del sistema músculo-esquelético, la contractura muscular, la inflamación, la rigidez articular… por tanto también utilizamos técnicas puramente de fisioterapia convencional como la punción seca sobre los punto gatillo, los estiramientos, el masaje, la tecnología más innovadora, como la diatermia o tecarterapia y cualquier otra técnica que sea competencia del fisioterapeuta.